miércoles, 4 de mayo de 2011

Pensamientos persistentes

Mis pensamientos importantes van por rachas. Cuando era más pequeña se centraban en muñecas Barbie y en esa cocinita de juguete que nunca conseguí. Luego la bici y los patines. La adolescencia vino plagada de rayadas mentales y "problemas" amorosos. Y desde hace un par de años son el inglés y la traducción, pero con este último es diferente: este es un pensamiento persistente. ¿A qué me refiero con esto? pues en que es un pensamiento que te acompaña siempre. Hasta ahora el único pensamiento persistente que he tenido ha sido el teatro. En todas estas épocas el teatro me ha acompañado.
Creo que empezó en parvulitos. Fue todo culpa de la seño Regina, que era la profe de actividades extraescolares. Esa mujer sabía hacer de todo, baile, gimnasia rítmica, teatro, y era la que organizaba los mini pases de modelos. Sonrío cada vez que veo las fotos y me acuerdo de esa primera función en el patio del cole. En esta época el teatro era un pensamiento más, junto con el baile, la gimnasia, las muñecas y las cocinitas.


Unos años después entré en primaria y no sé cómo aterricé en clase de teatro. No recuerdo si fui yo la que se lo sugirió a mi madre o la idea simplemente apareció en su cabeza por generación espontanea. El caso es que acabé dando clases de teatro los lunes y miercoles por la tarde. Y en tercero de primaria ese simple pensamiento pasó a ser persistente.
Tras representar una función en la sala Cánovas de Málaga, lugar al que guardo especial cariño a raíz de este suceso, una profesora de la ESAD se me acercó y me dijo que lo hacía muy bien y en ese mismo instante decidí que quería...no, que sería actriz.


A ese momento le siguieron varios años más en el teatro del colegio y un deprimente año sin teatro (mi querida madre decía que era demasiado pequeña para coger el bus a la escuela) hasta que di con La Sala. Creo que allí he pasado los mejores cinco años de mi vida y es uno de los lugares en los que más teatro he aprendido. Durante todo ese tiempo el pensamiento ha seguido ahí pero hace unos años empezó a ser reemplazado muy poquito a poco por la traducción.

Las tres hermanas de Anton Chejov

Ahora pienso más en cosas como ¿y esto cómo será en inglés? o ¿cómo habrán pasado tal frase al español? aunque cuando leo una obra de teatro todavía me imagino la escenografía entera, veo todos los decorados y el vestuario en mi mente y recuerdo esa sensación inexplicable que te recorre el cuerpo cuando estás frente al público.

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